Mi primer trabajo ll (Cronicas de Wholesale)

Comencé a trabajar en Wholesale Warehousing, me vendieron el asunto como la oportunidad de mi vida, según todas las proyecciones yo sería rico temprano en mi vida a base de mi propio trabajo (desde ahí yo debí suponer que sería mentira jejeje. Al otro día salí a vender vainas para la calle con el que me había entrenado el día anterior y creo que otra persona más “trabajo en equipo”, luego el día después llegó el gran día “mi primer día sólo” así le llamaban, me mandaron con mi bulto para la calle (como un burro cualquiera), vendí una cuantas chuchearías.


El cuento con el que me mantuvieron en la empresa fue al venderme el sueño de multinivel, éste funcionaba de la siguiente manera:


Se supone que yo primero aprendía como se vendían los asuntos (vendiéndolos) luego me iban a ascender a “Supervisor” o “Entrenador” que era el segundo escalafón (y al que llegué J algunos meses más tarde), para llegar a esa posición yo había de tener ventas buenas y constantes, dotes de liderazgo y otras cosas que ahora mismo no recuerdo.


Luego que se era ascendido, entonces, había que entrenar a varias personas contratadas por la empresa y formar un “equipo” a los fines de que cinco (5) de ellas llegaran a ser supervisores y luego de tener esos supervisores con sus equipos ya estabas listo para ser “asistente del gerente” (subgerente) para formarte en las áreas gerenciales y que entonces se presentara la oportunidad de abrir una nueva oficina para ser el nuevo gerente.


En aquellos tiempos hacían un especial en el Provocón IV (cerca de la oficina) y todos los martes vendían las cervezas a RD$10.00, recuerdo que fui un martes después de la oficina con mi amigo (el del post anterior) a tomarnos dos cervezas, cada uno una, nos tomamos como diez (10) y recuerdo que era 04 de julio, porque habían unos americanos en el lugar y yo me pare a felicitarlos por la independencia de su país, eso lo hice bajo el efecto de las cervezas, ese fue mi primer y único jumo, al otro día no fuimos a trabajar por la resaca y todavía no teníamos un mes en la empresa.


Siempre venían unos gringos que decían ser más ricos que Bill Gates, quienes supuestamente eran los dueños del consorcio a nivel mundial, venían y reforzaban el sueño vendido y dejaban la adrenalina a mil, para que se siguieran vendiendo los asuntos.


Entre las cosas que vendí recuerdo que pasaron Lámparas que mataban mosquitos, Plásticos para cocinas, Libros de cocina, Libros de cuentos Botiquines de Primeros Auxilios, Relojes, Quita pelusas, etc., siempre debía ir vestido como un ejecutivo con mi corbata y todo eso.


Me convertí en un maestro de la mentira, pues había que ponerle cualidades demás a los productos para poder venderlos, me convertí en un maestro de las ventas pues era capaz de vender un quita pelusas que costaba RD$50.00 en RD$750.00 y decir que todo lo demás era gratis (es decir los RD$750 eran la suma de todo lo que yo decía que estaba regalando, la verdad es que nada era gratis).


Aprendí mucho en el lugar, o más bien en la calle, aprendí a votar el miedo escénico, a prendí a llegar a las personas sin importar que tan “importantes” fueran, aprendía a entrar a cualquier lugar sin importar lo que lugar fuera y aprendí que ya había aprendido lo suficiente y había cogido la suficiente lucha como para abandonar ya ese lugar y así lo hice.


Hoy Junio del 2007, 11 años más tarde, repito que no me arrepiento de haber trabajado en ese lugar y de dejarme “engañar” pues le saque todo el aprendizaje lo que me ha permitido sobrevivir los 10 años siguientes, producto de esa experiencia, cambie de carrera y la que finalmente cursé me trajo mucha satisfacción y un encuentro conmigo mismo. Mantengo mi posición si tuviera que repetirlo, usaría la opción “B”