martes, junio 05, 2007

EDUARDO ESTRELLA


No hay circulante monetario, el número de impuestos es mayor, muchas empresas están quebrando, aumenta el costo de bienes y servicios, se incrementa el desempleo y la pobreza, los servicios de educación, salud y energía eléctrica se deterioran, crece la deuda externa, el déficit cuasi fiscal se duplica y los escándalos de corrupción administrativa se multiplican.


Ante ese panorama social, económico y moral, resultaría difícil que el candidato a la reelección alcance sus propósitos, pero al dirigir una mirada a los partidos de oposición, nos encontramos con que los mismos, al día de hoy, lucen bastante débiles. El Partido Revolucionario Dominicano es la principal organización opositora, pero no conozco una sola encuesta de opinión que le haya otorgado un número mayor al 33 por ciento que alcanzó en la contienda electoral del 2004, lo que revela que su imagen moral no registra mejoría.


Muchos perredeístas pensaban que con la selección anticipada de su candidato presidencial, ahí mismo se resolvía el problema, y empezaron a repartir los ministerios y demás posiciones públicas de jerarquía, en una "borrachera de poder" que no tiene lógica ni sentido. Fácilmente se quedan como "perico".


Y es que en ningún momento el PRD ha actuado en sintonía con la población. Lo primero que tenía que hacer, al salir del poder, era pedir disculpa pública, porque tuvo el control de todos los poderes públicos y no hizo los cambios necesarios. Sólo se limitó a reformar la Constitución para reintroducir la reelección, que ahora resulta "un cuchillo para su propia garganta".


Peor error no puede cometer esa entidad política al seleccionar un candidato presidencial con el perfil de Miguel Vargas Maldonado, que mucha gente no conoce, es tímido, actúa como si le temiera a algo, exhibe miedo. No hace oposición.


Quien viene haciendo oposición al gobierno del doctor Fernández es el ingeniero Eduardo Estrella, una persona con buena imagen (la imagen que no tiene su partido), pero tiene un reto demasiado fuerte el día 10, en las primarias reformistas, cuando se enfrente a Amable Aristy Castro, un hombre "con grandes agallas", "un marrullero profesional".


Como la militancia de los tres partidos mayoritarios son una especie de "compra venta", la situación de Eduardo Estrella en el Partido Reformista no es color de rosa, pero si logra superar "esa prueba de fuego" anticipo que se proyecta como presidenciable, porque no tiene tasa de rechazo y es el que está haciendo oposición.


Que nadie se lleve a engaño alegando que el Partido Reformista está en tercer lugar, porque ese es un dato circunstancial. El PLD obtuvo un 13 por ciento en 1994 y ganó en 1996. Todo parece indicar que el PRD, definitivamente, no recabaría el descontento que tiene la población con el gobierno. El candidato presidencial del PRD no arranca ni arrancará.


Si Eduardo Estrella gana la convención reformista podría clasificar para una segunda ronda, en la que la militancia perredeísta se volcaría a votar no a favor de Eduardo sino en contra de Leonel. Y no descarto que Danilo Medina tome partida en ese evento.


Desde mi punto de vista, ese es el único escenario en que se puede desalojar del poder al doctor Fernández.



Publicado en: El Nacional por DANILO CRUZ PICHARDO

3 comentarios:

Ginnette dijo...

Te digo la verdad, yo no soy reformista, pero justamente esta mañana escuchaba al Ing Estrella en El Día, y me quedé sorprendida por la calidad de sus enunciamientos y su plan de gobierno. Me parece una persona honesta y seria. Ojala y tenga la oportunidad y la aproveche.

Alejandro Correa dijo...

Ojala China, la realidad es que esperamos que el pueblo nos de la oportunidad de demostrar que no somos mas de lo mismo, te aseguro que si soy seguidor de Eduardo es porque representa los intereses mas sanos de la republica....

Gracias por pasar por aqui

Unknown dijo...

ojala asi sea, aunq estoy escuchando mucha gente decir q leonal no sa va a dejar quitar la silla por nadie!! ta fuerte eso!

Cuál fue el (la) blogger que más gozó el corobló